El flamenco procede de la palabra latina «flama», y hace referencia al aspecto que presentan las bandadas de estas aves al levantar vuelo.
Su nombre científico, Phoenicopterus roseus, procede de una tradición judía según la cual este fue un ave del paraíso que resistió la tentación y vivió eternamente. Posteriormente los egipcios consideraban al flamenco como un animal “mágico” capaz de reancer de sus cenizas (ave fenix). Esta leyenda llegó hasta los griegos, que le otorgaron el nombre con el que hoy día se conoce.
En el entorno de la laguna se les llama cagarzos, debido al sonido que emiten en vuelo: Ka-ga, Ka-ga, ka-ga.
Es un ave de gran talla, entre 1´30 y 1´50 m.
Sus pies son palmeados como los de los patos, sus patas (tarsos) son largas (similares al de las cigüeñas) y su cuello largo y flexible asemeja con las garzas.
Son de color rosado, con ojos amarillos, patas rojas, pico de color rosa intenso con la punta negra.
Su vuelo es muy característico: vuelan con el cuello y patas estiradas.
Estas características son tan peculiares que cualquier persona sabe lo que es un flamenco, en cuanto lo observa, aunque no sea un experto.
Flamenco (Phoenicopteris roseus) |
Estas aves se alimentan de microorganismos que viven en el agua o en el fango que cubre el agua: crustáceos, larvas de dípteros, moluscos,....
Para conseguir llegar hasta su alimento la evolución los ha dotado de largas patas, cuello flexible y de un “extraño” pico con forma de cazoleta. El pico es grueso, corto y curvo a partir de la zona media, las mandíbulas están rodeadas por unos “dientecitos” o laminillas, y poseen además una potente lengua provista en sus bordes de papilas duras, largas e inclinadas hacia atrás.
La alimentación se hace por filtración, en postura invertida, tal y como muestra la figura, en este proceso tiene especial importancia la lengua que actúa a modo de bomba: al retraerla entra fango y agua y al proyectar la lengua hacia delante expulsa el fango y el agua quedando los microorganismos retenidos en las laminillas de la mandíbula.
La laguna alberga miles de ejemplares de flamenco cada año, y la cantidad de microorganismos es limitada, de ahí, que durante la época de ceba de los pollos, los adultos tengan que desplazarse por toda nuestra geografía andaluza en busca de alimento: Doñana, Odiel,...
(Fuente: Un día el la Laguna de Fuente de Piedra. Cuaderno del profesor. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía)
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